Ricardo Barreto
Director del Executive MBA de INALDE
Antes de atreverse a decir cómo debería ser un buen proceso de elección de MBA, debemos plantearnos una pregunta fundamental: ¿Es el momento adecuado para hacer mi MBA? Seguido de esta, la pregunta que sigue en caso afirmativo es: ¿Qué quiero de mi MBA? Y la última es: ¿Qué espero lograr con mi MBA? Estas tres preguntas nos sitúan en un balance entre la emoción, la razón y la proyección.
¿Es el momento adecuado para hacer mi MBA? Es la pregunta que todos se hacen, pero la pista fundamental para resolverla viene en dos vías. La primera es: ¿Estoy en una posición en la organización que me permita implementar lo que veo en el programa en un alto porcentaje? La segunda es: ¿Qué pasa si espero unos años más?
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En el caso de la primera, si su nivel dentro de la organización tiene como vocación impactar de alguna manera el destino del negocio en los próximos años, si ve que tiene potencial de seguir creciendo, cuenta con un equipo que debe formar y llevar a otro nivel o si está cerca de asumir una responsabilidad como esta, usted es un buen candidato para un Executive MBA.
En la segunda, usted tendrá claro el panorama de si le falta experiencia para poder sacarle el mayor provecho al programa, o por el contrario, si está procrastinando la decisión y no hay ninguna razón para esperar más.
¿Qué quiero de mi MBA? Tenga un plan con su MBA, no se deje llevar por un pensum. Es fácil caer en la trampa de pensar que “un MBA le hace bien a todo el mundo”, pero mejor piense que un MBA potente es aquel que tiene un plan por detrás.
En este sentido, ¿cuáles son las 5 cosas que usted quiere de su MBA? Piense en aquello que hoy le dificulta su labor directiva y que puede ser su ancla en este momento: Comunicación asertiva, inteligencia emocional, liderazgo de equipos de alto desempeño, delegación, desarrollo de personas, pensamiento estratégico, liderazgo transformador, finanzas corporativas, negociación, pensamiento holístico, pensamiento ambidiestro.
¿Qué quiero lograr con mi MBA? Aquí es donde entra el plan profesional y personal. ¿Cómo entra mi MBA dentro de mi plan de carrera dentro de la empresa en la que estoy y/o fuera de ella? ¿Cómo va a afectar esto a mi familia desde el momento que tomo la decisión de iniciar y de ahí en adelante?
¿Qué proyectos tengo dentro de la empresa y cómo los afecta el MBA? ¿Los puede acelerar, posponer, me abre puertas? En lo familiar, ¿cómo van a ser los tiempos con ellos? ¿Qué beneficios trae para las necesidades de mi hogar? ¿Cómo los puedo involucrar para que no se sientan desplazados?
Una vez tenemos esto claro, ahí sí comenzamos a buscar el programa que nos haga brillar de mejor manera, que nos permita relacionarnos con las personas de las cuales queremos aprender, que tenga los profesores con una mezcla importante de academia con experiencia real y lo más importante, que su horario sea el que mejor se integre con su vida profesional y familiar.
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Otro aspecto fundamental es el método de aprendizaje, con el cual me sienta cómodo y pueda asegurar que voy a desarrollar las habilidades y competencias que requiero llevar a otro nivel. Suena un poco complejo, pero la verdad es que, si uno sigue este proceso, lo mínimo que va a lograr es tener claro qué quiero y qué no.
Y ya por último, y hago énfasis en último, es el tema económico, porque, si lo ponemos de primero, podemos eliminar buenas opciones a las cuales podremos acceder mediante créditos o formas de pago.
Después de estas definiciones, comience la búsqueda de programas, defina la lista a los que quiere aplicar, del de mayor interés al de menor interés, y escriba las razones al lado de cada uno de la razón de por qué está en cada posición.
Entre en contacto con cada uno de los programas, averigüe cuál es el proceso de inscripción, busque egresados y participantes actuales de esos programas, ojalá, amigos cercanos, hable con ellos y pídales consejo, una persona que pasó por este proceso y se graduó es la fuente más confiable.
Finalmente, genere un plan para hacer esto en un período de un par de semanas. Esto le ayudará a no procrastinar la idea, tener claridad de la decisión sea para iniciar o no, y no cometer errores en la selección de la mejor opción para usted.
Uno puede haberse equivocado en el pregrado, en la especialización, pero en el MBA no es aconsejable, dado que se tiene responsabilidad sobre el futuro de la empresa, de las personas de su equipo y de sus familias, y lo más importante, sobre el plan de carrera de acá a que se pensione y mucho más allá.
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