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Los valores de las familias empresarias colombianas

General
17/05/2022

La definición y la jerarquización de los valores permiten a las familias empresarias construir su actividad económica con base en un marco de referencia axiológico y generar lineamientos para tomar decisiones sobre la familia, la empresa y la propiedad, creando las bases para edificar la unidad y el compromiso a largo plazo.  Para ello es imprescindible tener o desarrollar una filosofía y valores comunes, y una visión de futuro compartida, basada en la experiencia del pasado y la ilusión en el futuro.  Por Ernesto Barrera Duque

Introducción y  Metodología

Este  artículo  tiene  como  objetivo,  con  base  en  el  estudio  de  un grupo  de  familias  empresarias,  identificar  y  analizar  los  valores1 más importantes en la dinámica empresa-familia y  establecer un modelo que permita resumir los hallazgos encontrados. Los resultados de este estudio han  sido  el  resultado  de  un  trabajo  de  campo  de  carácter  cualitativo (entrevistas  en  profundidad  y  observación  participante)  con  familias empresarias colombianas, y no de una muestra aleatoria representativa de encuestas/cuestionarios  diligenciados  por  un  miembro  representante  dela familia2.

Los datos cualitativos fueron obtenidos durante el acompañamiento y asesoría en procesos de planeación estratégica familiar (Ward y Car-lock, 2003) buscando la confección del Protocolo Familiar. Se realizó con base  en  entrevistas  personales  y  talleres  grupales3,  con  la  participación activa  de  la  primera  y  la  segunda  generación  .  El  número  de  miembros familiares en cada uno de los procesos osciló entre seis y diez4.

Para  efectos  de  este  trabajo,  la  muestra  comprende  diez  familias empresarias ubicadas en diferentes ciudades del país5. Las empresas vinculadas  con  las  familias  fueron  clasificadas  en  una  de  las  dos  categorías siguientes: “empresas de trabajo familiar6 o “empresas de dirección familiar”7 (Gallo, 1992). El período del estudio se refiere a entrevistas y talleres realizados durante los años 2004 y 2005. No se realizó ninguna segmentación por sectores ni por tamaño de las empresas familiares, dado que el interés se centró en la familia empresaria como tal.

  1. Para efectos de este artículo, no se hace una distinción conceptual entre valores y virtudes.
  2. Por no tratarse de una muestra aleatoria y de tamaño representativo, no se harán gene-realizaciones para la población, pero si se conceptualizará respecto de la unidad de análisis investigada y respecto del grupo estudiado.
  3. Dentro del marco de un proceso hacia el Protocolo Familiar. Todos los procesos fueron realizados por Ernesto Barrera y en su mayor parte se realizaron en conjunto con Juan Guillermo Hoyos Díez, consultor y profesor de la Facultad de Administración de Universidad de La Sabana.
  4. Se trata de un estudio que define valores compartidos de la primera y segunda generación que coexiste además en la gestión empresarial.
  5. Sin que para el efecto los miembros de la familia tuvieran conocimientos teóricos avanzados en el tema de los valores. Por tanto esta investigación no consiste en una elucubración teórica sobre los valores, sino que pretende ser un reflejo de lo que ocurre en la realidad, una referencia a la perspectiva que los miembros familiares tienen sobre los valores en las familias empresarias.
  6. La información sobre el nombre de las empresas y los valores que corresponden a cada familia empresaria son reservadas y, por tanto, no se mencionan en este artículo para mantener la confidencialidad.
  7. Se incentiva a que un buen número de miembros de la familia trabajen en la empresa y su formación y preparación está orientada hacia este objetivo.
  8. La familia tiene la intención de continuar con la propiedad de la empresa, pero se busca que sólo los más capacitados desde el punto de vista empresarial y directivo trabajen directamente en la empresa como miembros de junta directiva o en la alta gerencia.

Un breve marco de referencia

El protocolo  familiar,  antes que  un  negocio  jurídico plasmado en un documento  firmado  por  los  miembros de la familia empresaria,  es  un  proceso de  diálogo  familiar  interpersonal propulsor de un pensamiento unificador  en  torno  de  un  proyecto común. En este sentido, uno de sus objetivos está orientado a descubrir, reconocer, establecer  y  jerarquizarlos valores declarados y en torno delos cuales gira o debería girar la actividad  empresarial  de  la  familia empresaria.

Las personas (Pfeffer, 1998) y cultura de una organización (Gallo,1992) son  fuentes  de  ventajas competitivas. Así mismo, para una familia empresaria, sus miembros y su cultura  generan  una  distinción específica  de  la  manera  como  se piensa,  actúa,  se  elige  entre  alternativas, se establecen responsabilidades, se establece una unidad de propósito, se toman decisiones y se resuelven conflictos.

Jorge Yarce (2000) ha establecido que los valores son una venta-ja competitiva y, en este sentido, se erigen como  la  base  sobre  la  cual se  construye  cualquier  proceso  de planeación  estratégica  familiar  y empresarial.  Son elementos  esenciales de la cultura de una organización,   y   en   este   caso,   de   la dinámica de la familia empresaria, ya que condicionan el curso de sus decisiones,  sus  supuestos  sobre  la realidad,  impactando  en  la  dirección de sus empresas.

Los   valores   conforman   el marco de referencia axiológico con los que los miembros de la familia priorizan sus preferencias, decisiones y  acciones  en  relación  con  la familia  misma  y  sus  empresas, tanto en el largo como en el corto plazo. Los valores de la familia y la interpretación sobre  la  naturaleza humana  también  se  reflejan  en  el estilo  directivo  al  interior  de  las empresas familiares.

Los valores familiares establecen los criterios específicos para la asignación de recursos como en el caso de la preferencia hacia la reinversión de  las  utilidades  para  el crecimiento en lugar de la distribución de las mismas. También influyen en  la  manera  como  se  otorga liquidez  a  los  propietarios  familiares,  el  riesgo  empresarial  que  se asume y el nivel de endeudamiento.  Por ejemplo,  la  justicia  como valor, influye en la manera como se realiza la sucesión patrimonial, los montos de los salarios dentro de la estructura  jerárquica  y  los  mecanismos  para  determinar  los  flujos económicos  para  los  miembros  de la familia.

Otros aspectos  en  los  que influyen  los  valores  han  sido  la apertura  para  establecer  alianzas estratégicas  con  terceros,  el  ingreso  de  nuevos  socios,  el  ingreso  de directivos externos y el impacto en los sistemas de selección, remuneración, evaluación y promoción delos directivos de las empresas.

De otro lado, los valores también condicionan  la  interacción  y operatividad  práctica  del  modelo los  tres  círculos  de  la  empresa familiar:   familia,   propiedad   y empresa (Davis y Tagiuri, 1987).

Así mismo,  no  cabe  duda  dela  importancia  de  los  valores  del fundador  en  la  práctica  y  definición  de  los  mismos  (García  Álvarez,   2001),   así   como   en   la configuración  de  la  cultura  de  la empresa  familiar.  Sin embargo, para  efectos  de  este  trabajo,  también se involucró activamente a la segunda  generación,  resaltando  la experiencia  colectiva  del  grupo familiar. Se asume además la hipó-tesis de  que  los  valores  de  una familia  empresaria  son  fuentes  de ventaja competitiva para la empresa  (Veciana  et  al,  1996)  y  que aquéllos penetran las prácticas y la dinámica empresarial familiar.

Resultados del estudio

Se tomaron  los  ocho  valores más  importantes  de  cada  una  delas familias empresarias analizadas, otorgándole de manera descendente  un  puntaje1en  función  de  suposición  dentro  de  la  jerarquía definida por cada familia.

De la  combinación  de  los diez casos y sumando los puntajes atribuidos  a  cada  valor  (frecuencia  combinada  con  la  jerarquía)en  cada  caso,  resultó  un  puntaje total individual (para cada valor) a través  del  cual  se  le  asignó  un puesto relativo dentro del conjunto del estudio cualitativo. De debe anotarse que  se  trata  de  los  valores “más importantes y jerarquizados” para las familias empresarias obtenidos  dentro  de  un  proceso iniciado por la familia para efectos de   confeccionar   un   protocolo familiar.

Como se observa  en  la  tabla No. 1, los principales valores de las familias empresarias  colombianas son,  según  el  puntaje  de  la  muestra: la armonía, el amor, la unidad, y el respeto.

El primero  (armonía),  el  tercero  (la  unidad)  y  el  quinto  (compromiso)    coinciden    con    las fortalezas  de  la  empresa  familiar según  algunos  autores  clásicos  en la literatura sobre este tema (Galloy Amat, 2003).

Análisis del resultado

El contenido de los valores

A continuación,  en  función de las entrevistas individuales y los talleres  grupales,  se  presenta  una síntesis  del  contenido  de  los  valores  según  la  perspectiva  y  expresión  de  las  familias  empresarias colombianas2y  haciendo  referencia  con  diferentes  intensidades  a las  relaciones  entre  los  tres  círculos de la empresa familiar. A continuación se  ordenan  de  acuerdo con  la  jerarquía  (puntaje)  encontrada en este estudio:

  • Armonía (62): las relaciones entre los miembros de la familia se fundamentan en el respeto mutuo,  la  ponderación  y  el equilibrio  dentro  la  diversidad. La interacción interpersonal se basa en la facultad de escuchar con  empatía  las  posiciones  y opiniones  de  los  otros,  entregando   toda   la   información necesaria, sin que las tensiones emocionales  afecten  el  buen desempeño  de  las  reuniones familiares   y   las   actividades empresariales y directivas.
  • Amor (55): en las  relaciones familiares  se  busca  el  Bien  de cada  uno  de  sus  miembros  y existe  una  actitud  de  servicio desinteresado por las diferentes personas   que   componen   la familia.     Se propende el encuentro y la interacción personal y la disponibilidad para el otro. Existe una entrega y aceptación de  los  demás  miembros familiares,  con  sus  virtudes  y defectos.
  • Unidad (47): los miembros dela familia cooperan y se ayudan mutuamente para conseguir los objetivos e intereses del grupo, aprovechando las capacidades complementarias,   trabajando en  equipo,  compartiendo  los conocimientos  en  beneficio  de todos y construyendo conjuntamente  el  futuro  de  la  empresa familiar.
  • Respeto (46): las relaciones entre los miembros de la familia se basan en el diálogo constructivo,    en    escuchar    con tolerancia  y  comprensión,  con cordura sin elevar el nivel de la voz.  Todos los  miembros  de  la familia  se  caracterizan  por  un comportamiento  educado,  de exaltación  de  la  dignidad  del otro y expresando cariño por los demás. Se acepta al otro como es, brindándole un trato amable y entendiendo  las  discrepancias  para  encontrar  en  ellas  la riqueza  de  cada  uno.  Además, en  la  empresa  se  respetan  las jerarquías formales.
  • Compromiso (32): es una actitud  de  cumplir  responsablemente  las  promesas  y  los acuerdos. En las actuaciones se imprime empeño  buscando  el mejor  desempeño,  obedeciendo  siempre  a  los  principios  y valores  familiares.  El compromiso se materializa en la entrega    y    esfuerzo    personales. Consiste  en  el  trabajo  hacia  el mismo  objetivo,  con  amor  por los  proyectos  y  por  lo  que  se hace.  Incluye la  intención  y prácticas  para  mantener  un proyecto  familiar  empresarial común.
  • Solidaridad (27): existe un espíritu de ayudar al otro y socorrerlo en  momentos  difíciles, tanto en lo económico como en lo emocional. Ser miembro de la familia trae  derechos  pero  también  obligaciones.  Se desarrolla una  preocupación  activa  por  el Bien  y  bienestar  de  los  demás miembros   de   la   familia   de manera  integral  en  diferentes dimensiones:      psicoafectiva, intelectual,  familiar,  espiritual, material y social.
  • Honestidad (26): las actuaciones son consistentes con la rectitud, observando siempre en ellas las normas éticas y legales. No   se   permiten   conductas incorrectas frente al manejo delos recursos de la empresa y dela familia. No se toleran actividades que pongan en duda o en riesgo el  patrimonio  y  el  nombre de la familia ante la comunidad.  Existe una  coherencia entre  lo  que  se  dice  y  se  hace, sin  engañar  o  defraudar  a  los demás. Las utilidades del negocio deben  obtenerse  siempre de manera ética y legal.
  • Justicia (22): a cada uno  lo que  le  corresponde  según  su situación  específica,  reconociendo  los  derechos  del  otro  y sin  abusar  injustamente  de  la capacidad  de  influencia  o  del poder  en  las  decisiones.  Se materializa mediante  mecanismos  de  participación  de  los miembros  de  la  familia  en  las decisiones  y  beneficios  otorga-dos  por  la  empresa,  aplicando un  trato  proporcional  y  equitativo  a  la  situación  de  cada  uno de  sus  miembros.  Los flujos económicos recibidos se atribuyen  en  función  del  fruto  del esfuerzo personal, el trabajo en equipo  y  los  derechos  de  propiedad.
  • Humildad (22): es la  actitud de  reconocer  que  cada  uno tiene  debilidades  y  límites  en sus  capacidades  y  habilidades. Es  aceptar  a  los  demás  por  lo que son y no por lo que tienen. Se trata de actuar con sencillez y  de  evitar  imponer  el  propio punto  de  vista  para  dominar  a los demás. Se trata de estar disponibles   para   servir   a   los demás.   Las   actuaciones   se orientan hacia  el  Bien,  sin  llamar  la  atención,  ni  requerir  el aplauso    ajeno    para    obrar correctamente. De esta actitud humilde se  deriva  un  rechazo hacia  la  soberbia  personal  y cada  uno  propicia  la  espontaneidad y la apertura permanente   al   perdón.   Es   también consiste   en   reconocer   con naturalidad los errores, aceptarlos y  comprometerse  con  su solución y superación.
  • Confianza (20): es la credibilidad en la recta actuación de los demás. Se construye con  base en  la  transparencia  y  bajo  el compromiso  de  juzgar  al  otro rectamente,  entendiendo  que actúa  siempre  con  base  en  sus buenas  intenciones  y  por  el Bien  del  grupo.  Se trata  de actuar con lealtad y con fundamento  en  los  criterios  éticos. En   la   familia,   la   confianza implica   considerar   que   los demás miembros hacen bien su trabajo,  de  manera  honesta,  y poniendo  su  mayor  esfuerzo  y recto criterio.
  • Transparencia (17): las intenciones de los  actos  serán  visibles  para  todos  los  miembros de  la  familia.  La información sobre  la  situación  personal  y profesional de cada miembro se informa  con  claridad  y  veracidad a todos los integrantes de la familia. La comunicación interpersonal se  realiza  con  sinceridad y sin ambigüedades. No se desarrollan negocios  que  generen dudas en el seno de la familia.  Las comunicaciones  deben ser fluidas, claras, veraces, confiables,  oportunas,  útiles,  completas y motivadoras.
  • Laboriosidad (14): los miembros de la familia  se  caracterizan por su trabajo duro y arduo, realizado  con  persistencia  y sacrificio, buscando la excelencia en lo que hacen. Mediante el propio  comportamiento  sedará  ejemplo  a  los  demás  en términos  del  esfuerzo  impregnado  al  trabajo.  El éxito  de  la empresa  familiar  se  entenderá como  consecuencia  de  la  calidad  humana,  el  trabajo,  el  respeto  por  la  dignidad  de  la  persona humana, el liderazgo y las competencias profesionales.
  • Lealtad (11): consiste en imprimirles a las  acciones  la  integridad    personal    y    actuar    de conformidad  con  los  valores  dela familia. Es un vínculo que une a la  familia  y  se  construye  con base  en  la  fidelidad  a  los  compromisos y a los principios familiares,  expulsando  las  traiciones y  respondiendo  a  las  expectativas que se tienen de cada uno en su rol familiar y empresarial.
  • Espiritualidad (9): la existencia de un compromiso  con  la divinidad     para     aplicar     y desarrollar  los  talentos  recibidos.  Es obedecer  en  las  actuaciones a los principios, normas y  virtudes  exigidas  por  Dios, ofreciéndole  un  fuerte  sentido de  gratitud  por  la  existencia  y por pertenecer a la familia.
  • Austeridad (6): es vivir  con sobriedad  y  sencillez,  y  consistente con las propias posibilidades  económicas,  ahorrando  y haciendo  un  buen  uso  de  los recursos  disponibles,  evitándolos excesos materiales.
  • Responsabilidad social(4):existe un compromiso  de  reciprocidad con los empleados y la sociedad. A los empleados debe tratárseles con  respeto,  generando un buen ambiente de trabajo,         motivándolos y promocionando   siempre   su potencial como personas y exaltando  su  dignidad  humana.  La familia   debe   retribuir   a   la comunidad en  la  cual  desarrolló sus negocios principales. El espíritu   emprendedor   debe potenciarse para  generar  fuentes de empleo en la comunidad a la que se pertenece3.

La jerarquía de los valores

El modelo ELISA de virtudes en los  miembros  de  las  familias empresarias postula que la exigencia, la laboriosidad, la iniciativa, la sencillez  y  la  austeridad  son  las más  importantes  y  fundamentales para   garantizar   una   actividad empresarial  longeva  (Gallo  y  Vilaseca, 1996).

En el caso colombiano esto es parcialmente cierto y en este estudio he intentado atribuir una jerarquía   según   un   puntaje4.   En consecuencia, y teniendo en cuenta los  resultados,  he  conformado tres  grupos  de  valores  según  la posición relativa general.

En el primer grupo denominado estructural  (valores  estructura-les),    se    encuentran    los    más importantes   para   las   familias empresarias colombianas: la armo-nía, el amor, la unidad y el respeto. De acuerdo  con  el  esquema de los tres círculos5 (Davis y Tagiuri,  1987),  la  armonía  se  postula como fundamento y sustento de la empresa familiar y como el centro de su interacción6 (Belausteguigoitia, 2003). Este valor debe buscarse y configurarse previamente en la dinámica interna  de  los  miembros de la familia empresaria si se quieren consolidar los vínculos entre la familia, la empresa y la propiedad. La  madurez  de  las  personas  y  su satisfacción  por  hacer  parte  de  la familia  contribuyen  a  potenciar este valor. En la muestra analizada, la  armonía  se  reconoce  por  los miembros  familiares  como  el  pilar para  la  paz  interna  familiar  y  pilar para  un  adecuado  clima  organizacional en la empresa.

El amor  se  entiende  como  la preocupación  y  el  interés  por  el Bien ajeno (del otro), la capacidad de  servicio  y  el  sentimiento  intenso  que  vincula  a  los  miembros entre sí por el hecho de pertenecer a una familia con vínculos consanguíneos.

La unidad en la familia aparece como el tercero en importancia. Este  resultado  coincide  en  parte con  lo  establecido  por  Gallo  y Amat  (2003)  sobre  la  importancia operativa de la unidad y el compromiso7para la continuidad, y como elementos sobre los cuales descansan  algunos  de  los  secretos  de  las empresas  familiares  centenarias. En mi estudio el compromiso aparece jerárquicamente en una posición inferior al valor unidad, lo que nos  permitiría  inferir  que  primero debe   configurarse   la   unidad   y luego  el  compromiso  para  construir la longevidad de las empresas familiares colombianas8.

El respeto  aparece  como  un valor estructural en la dinámica dela familia9. En la práctica la confusión familia empresa  genera  conflictos   sistemáticos   que,   entre otros efectos, erosionan la manera como los miembros de la familia se dirigen  la  palabra  y  desarrollan  el trato  interpersonal.  Las familias empresarias en un momento u otro han  experimentado  estos  procesos traumáticos  de  irrespeto  (o  como un  principio  para  evitar  la  erosión de  las  relaciones  familiares),  y deciden tomar este valor –el respeto- como estructural para construirlas relaciones entre sus miembros, garantizando  en  el  compromiso común  un  trato  decoroso  entre ellos.

En otro  nivel  jerárquico,  se encuentra el segundo grupo, denominado  valores  operativos,  que reflejan  la  aplicación  práctica  delos  estructurales,  retroalimentan  y co-construyen  el  contenido  de  los estructurales.  De acuerdo con  los resultados  de  este  estudio,  son  en su orden: compromiso, solidaridad, honestidad,   justicia,   humildad, confianza, transparencia, laboriosidad y lealtad.

Como expresión de la solidaridad, los  miembros  de  las  familias se  ayudan  entre  sí,  especialmente en  el  aspecto  emocional  y  económico.  Muestran el  deseo  de  establecer  un  fondo  de  liquidez  y ahorro de la familia que sirva para financiar  especialmente  los  estudios  y  la  salud  de  sus  miembros (solidaridad  interna)  y  así  mismo esperan  la  ayuda  recíproca  en casos de calamidad económica.

La honestidad  de  los  miembros de la familia debe operar tanto a  nivel  interno  como  externo,  ya que  influye  en  la  reputación  y mantenimiento  de  los  vínculos  dela familia con su entorno. Se busca vigilar de cerca el comportamiento de los  familiares,  evitando  poner en duda el nombre de la familia.

Respecto   de   la   justicia   es importante poner  de  relieve  que  el énfasis no es tanto la justicia per se, sino que hay una referencia expresa a  la  equidad,  especialmente  en  los flujos  económicos  de  la  empresa hacia  sus  miembros,  y  en  el  trato del  fundador  hacia  sus  hijos  y  nietos.  Se considera  que  la  inequidad genera  tensiones  internas,  desorden,  desobediencia,  odios  indeseables  al  interior  de  la  familia,  es decir, fractura la unidad.

La   humildad   se   entiende como la buena disposición ante los demás y  para  escuchar  críticas constructivas  del  propio  trabajo  o del  carácter.  A  pesar  de  la  riqueza material   en   estas   familias,   los miembros  de  la  segunda  generación  muestran  una  preocupación por  no  alejarse  de  la  realidad colombiana, de sus injusticias, del drama  de  la  pobreza  y,  especialmente  del  diálogo  directo  con  las personas que trabajan en la empresa  como  un  reconocimiento  y  una práctica de la igualdad en las relaciones entre seres humanos, considerando  al  otro  como  un  fin  en  sí mismo  y  no  como  un  simple  instrumento o máquina productora de dinero, es decir, se observa un sentido  profundo  para  la  promoción de la dignidad humana.

La transparencia se considera la fuente  de  la  confianza.  Cuando la   actividad   empresarial   no   se maneja con  un  flujo  constante  de información  de  la  empresa  hacia los  miembros  familiares  propietarios,  se  generan  tensiones  en  ocasiones     desbordadas     por     la desconfianza;  especialmente  de aquellos quienes no se encuentran vinculados directamente a las actividades  empresariales.  Sin embargo,    este    tema    funciona    en oportunidades  al  revés  de  lo  que ocurriría en una empresa no familiar. En esta última la confianza se construye en  el  día  a  día,  con  el tiempo.  En la  empresa  familiar  la confianza se da por supuesta, pero la falta de transparencia y equidad se han erigido como las principales fuentes de fractura.

La laboriosidad10,  es  uno  delos valores que los fundadores establecen  como  fundamentales  para transmitir  a  sus  sucesores  (García Álvarez,  2001:  268)  y  es  la  herramienta para garantizar la continuidad  y  el  relevo  generacional  adecuado.  Se imprime  una  mística especial  al  trabajo  con  un  fuerte sentido  intrínseco,  que  le  permite al individuo dedicar largas jornadas de trabajo y productividad.

Alain Chanlat  (2005)  afirma que las empresas familiares se adecuan al modo de ser mítico11y por este  motivo  su  valor  fundamental, especialmente  en  los  fundadores, es la lealtad, cuestión que se confirma  parcialmente  en  este  estudio,   pero   sin   la   contundencia expuesta por ese autor.

En el  tercer  grupo,  encontramos los aquí denominados trascendentes  por  referirse  al  impacto  dela dinámica y la actividad económica  en  los  demás,  y  la  importancia de  retribuir  a  “los  otros”  parte  del éxito logrado. También se vinculan con el  sentido  otorgado  a  la  existencia  individual  y  familiar,  y  la importancia de trascender más allá del   bienestar   exclusivo   de   los miembros de la familia. Estos valores son:  la  espiritualidad  y  la  responsabilidad social.

Como ya  lo  había  advertido Borrero  (1976)  la  religión  católica tiene una marcada influencia sobre el  comportamiento,  actitudes  y valores de los colombianos, incluidos los de las familias empresarias. Este  fenómeno  se  observó  marcadamente por ejemplo en las primeras  décadas  del  siglo  XX  en  la “industrialización”  antioqueña,  en donde  fue  marcada  la  influencia católica  en  los  valores  de  los  fundadores  y  sus  descendientes.  Sin embargo,   en  Colombia  existen familias  empresarias  que  profesan otras religiones muy importantes y con  fuerte  impacto  económico  y social. En este sentido, y de manera conceptual puede afirmarse que para los  procesos  de  definición axiológica el valor de la espiritualidad  aparece  de  manera  frecuente, entendido  como  la  creencia  en Dios  y  el  respeto  a  sus  preceptos, impulsando a interpretar la riqueza material como un don de la divinidad,  fruto  del  trabajo  profesional arduo con sentido trascendente.

La responsabilidad  social  se mantiene como un deseo de revertir y trascender a la comunidad los beneficios que ella le ha entregado la familia, y en la mayor parte delos  casos  se  materializa  mediante la filantropía, las obras de caridad, eventos  con  la población  de  bajos recursos,  buen  trato  a  los  empleados, respeto por el medio ambiente,  así  como  la  constitución  y subsidio de fundaciones para ofrecer  oportunidades  a  la  población de menor poder adquisitivo.

En cuanto  a  la  austeridad,  se trata  de  un  valor  operativo,  pero  se encuentra por su bajo puntaje en el rango del tercer grupo12. Este valor se identificó  con  mayor  intensidad en  la  primera  generación,  pero como este estudio incluyó la segunda, es probable que por este hecho no haya obtenido un puntaje mayor; máxime si lo que se encuentra en la práctica es un deseo de mayor liquidez (en la segunda generación). De otro lado, este valor puede confundirse con la tacañería, y produce un efecto de  no  realzarlo  con  fuerza durante el proceso hacia el protocolo familiar.

Una propuesta de marco de referencia axiológico

La identificación y análisis delos valores en las familias empresarias colombianas permite proponer un modelo  o  marco  de  referencia(Gómez, 2006) para tomar decisiones  referidas  a  la  familia,  a  la empresa y a la propiedad, así como las  decisiones  que  influyan  en  las interacciones  entre  estos  tres  círculos de la empresa familiar. Se identificaron tres categorías de valores compuestas cada una por unos  valores  específicos.  Las tres   categorías   tienen   vínculos entre sí, se influyen mutuamente y permite,  como  se  ha  mencionado, mediante  su  combinación,  crear un marco conceptual y de criterios para  resolver  problemas  y  tomar decisiones  relacionadas  con  los tres  círculos,  tanto  en  el  espacio del  gobierno  y  dirección  de  la empresa  (Junta  de  socios,  asamblea de accionistas, junta directiva, comité de dirección) o en los órganos  de  gobierno  familiar  (reunión familiar, asamblea familiar y consejo familiar).

Ahora bien, con los resultados del  estudio  presentado  en este  artículo,  se  confirma  parcialmente  el  modelo  ELISA  (Gallo  y Vilaseca,  1996).  Aquí he  realizado una jerarquización de acuerdo con los  datos  obtenidos  durante  los talleres y la asignación subjetiva de unos   puntajes,   permitiéndonos configurar  tres  grupos  de  valores con niveles de importancia distinta y  relativa:  los  estructurales,  los operativos y los trascendentes.

Se podría  con  base  en  este análisis,  de  un  modelo  resumen, que  comparado  con  el  ELISA,  se observe  más  amplio  y  adaptado  al contexto  socio-cultural  colombiano  y,  el  cual,  en  función  de  sus categorías  podría  identificase  con la sigla VETOM13.

Con    base    en    el    modelo VETOM, las  familias  empresarias pueden partir de un marco axiológico colombiano general para identificar sus propios valores, el contenido y la jerarquía, ubicándolos bajo una de  las  tres  categorías  establecidas: estructurales,  operativos  y  trascendentes.  Realizado lo  anterior,  se logra  una  estructura  previa  para “consultar”  frente  a  criterios  axiológicos  muy  bien  definidos,  las  decisiones que se tomen en el seno del gobierno14de  la  empresa  y  de  la familia.  De igual  manera, permite establecer un orden para determinar criterios  jerárquicos  cuando  se  presenten  conflictos  entre  los  valores, favoreciendo la decisión que obedece al más importante.

Con base  en  el  modelo  resumen presentado en el Cuadro No.2,  construyo  a  continuación  algunos  ejemplos  sobre  cómo  podría aplicarse  para  realizar  las  preguntas    combinatorias    dentro    del marco  de  referencia  establecido por  cada  familia  empresaria  en relación  con  la  empresa  y  la  propiedad.  Estas preguntas  vinculan la categoría estructural con la operativa,  y  en  algunas  oportunidades la trascendente, veamos:

  • En la asamblea de accionistas: dado que   nuestros   valores estructurales  son  la  armonía, el amor, la unidad y el respecto, ¿Cuál sería la decisión más adecuada  a  la  justicia  ante  la distribución  de  utilidades  de este  año?  ¿Es esta  decisión consistente con lo que entendemos   por   responsabilidad social?
  • En la junta directiva: dado que nuestros valores estructurales son la armonía, el amor, la unidad y el respeto, ¿qué decisión deberíamos tomar, con base en la laboriosidad, sobre el sistema de  remuneración  variable  delos  directivos  familiares  y  no familiares?
  • En la junta directiva: dado que nuestros valores estructurales son la armonía, el amor, la unidad y el respeto, ¿cuál debería ser  la  estructura  jerárquica  y de responsabilidades más adecuada al compromiso y la confianza?
  • En el comité  de  dirección: teniendo  en  cuenta  que  nuestros valores estructurales son la armonía, el amor, la unidad y el respeto, ¿qué decisión deberíamos  tomar,  bajo  las  consideraciones de la honestidad, frente a  esta  licitación?  ¿Sería esta decisión  consistente  con  nuestra filiación divina y con las virtudes   derivadas   de   nuestra espiritualidad?
  • En el comité  de  dirección: dado   que   nuestros   valores estructurales son la armonía, el amor,  la  unidad  y  el  respeto, ¿qué    decisión    deberíamos tomar, bajo las consideraciones de la humildad, la confianza, la transparencia y la lealtad, frente a este error o falla del servicio   cometida   ante   uno   de nuestros clientes?
  • En el comité  de  dirección: dado   que   nuestros   valores estructurales son la armonía, el amor,  la  unidad  y  el  respeto, ¿qué decisión tomamos, bajo el prisma  de  la  solidaridad  y  la responsabilidad social, frente a este  proveedor  de  largo  plazo en crisis?
  • En el consejo  familiar:  dado que  nuestros  valores  estructurales son la armonía, el amor, la unidad  y  el  respeto,  ¿es  este reglamento del fondo de ahorro y  liquidez  familiar  consistente con la justicia, la transparencia, la  solidaridad  y  la  austeridad familiares?
  • En este  último  ejemplo  y  para observar  su  operatividad  en caso  de  conflicto  entre  valores operativos,  podemos  plantearlas  siguientes  preguntas:  si  el reglamento del fondo de ahorro y  liquidez  familiar  no  cumple simultáneamente con los criterios de solidaridad y austeridad, ¿existe  la  posibilidad  de  reformarlo  para  cumplir  conjunta-mente con estos dos valores? En  caso  de  no  lograr  esta  conjunción,  ¿Qué  criterio  axiológico debemos aplicar en la aprobación de este reglamento? ¿La solidaridad   o   la   austeridad? Ahora  bien,  con  base  en  el modelo   VETOM,   y   bajo   el supuesto de que estos dos valores se manifiestan como excluyentes  entre  sí  en  el  ejemplo propuesto, la jerarquía axiológica   permitiría   a   la   familia empresaria  tomar  una  decisión consistente  con  la  solidaridad, al ubicarse ésta en un lugar de mayor    importancia    relativa frente  al  valor  en  conflicto(austeridad).

Conclusión

Gallo  y  Amat  (2003)  en  su libro “Los secretos de las empresas familiares centenarias” expresan lo siguiente:

La continuidad de la empresa familiar  requiere  gestionar  constructiva  y  simultáneamente  las diferentes  exigencias  que  tienen tanto  la  empresa  familiar  como  la familia  empresaria,  es  decir,  la familia  que  es  propietaria  de  la empresa  familiar.  En  especial,  a medida que una empresa va pasando  por  varias  generaciones  se  va produciendo  una  creciente  fragmentación  de  la  propiedad  y  se hace más compleja y difícil la continuidad... Además, dado que vivimos  en  un  entorno  cada  vez  más dinámico, complejo y hostil es fundamental  que  la  familia  construya un proyecto empresarial compartido  por  todas  las  personas  que  la integran.  Para  ello  es  imprescindible tener o desarrollar una filosofía y valores comunes, y una visión de futuro  compartida,  basada  en  la experiencia del pasado y la ilusión en  el  futuro  (Gallo  y  Amat,  2003,p. 167) –negritas fuera del texto-.

La  práctica  ha  demostrado que  la  definición  y  la  jerarquización  de  los  valores  permite  a  las familias  empresarias  construir  su actividad  económica  con  base  en un  marco  de  referencia  axiológico–pautas  para  construir  una  filosofía  central  compartida  (Collins  y Porras,  1995)-  generando  unos lineamientos  para  tomar  decisiones sobre la familia, la empresa y la propiedad,  creando  las  bases  para edificar la unidad y el compromiso  largo  plazo  (Ward  y  Carlock,2003, p. 90), y facilitando la reducción  de  los  eventuales  traumas familiares del pasado. En este sentido,  los  valores  son  útiles  además como   factores   de   resiliencia15 (Cyrulnik,  2003)  en  la  familia empresaria,  la  cual,  mediante  un proceso orientado hacia el protocolo  familiar  puede  buscar  -entre otros efectos y partir de una situación  solidificada  de  “cero  traumas”-  darle  una  identidad  y  un sentido  compartido  a  su  proyecto común: la empresa familiar.