Celebramos la ceremonia de cierre del Programa de Desarrollo Directivo PDD I 2025, un momento de alegría y gratitud para los participantes y sus familias. Después de meses de estudio y trabajo, esta promoción celebró lo aprendido y el reto de seguir liderando con más conciencia y sentido humano.
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Reconocimiento y esperanza
En su intervención, Obdulio Velásquez, director general de INALDE, explicó que estas ceremonias unen dos ideas: reconocimiento y esperanza. “Reconocimiento por el esfuerzo y la dedicación de los directivos que completan el programa y esperanza porque lo aprendido debe traducirse en mejores decisiones para las empresas y para Colombia”, afirmó. También recordó los 40 años de historia de INALDE y la misión de formar directivos que pongan la empresa al servicio de la sociedad.
La voz del presidente de la promoción
Pedro Cortés, presidente de la promoción, compartió: “En INALDE aprendimos que la dirección no empieza en el qué hacer, sino en quién soy cuando tomo decisiones que afectan la vida de otros”. Para él y su grupo, este programa los convirtió en directivos posibilistas: líderes que no niegan la realidad, pero la miran con creatividad, ven oportunidades en la incertidumbre y ponen su talento al servicio de los demás.
Pedro también destacó que dirigir no es un privilegio, sino una responsabilidad emocional que implica tocar vidas. Dijo que esa responsabilidad se sostiene en tres pilares que aprendieron en el PDD: autoconocimiento, autocuidado y propósito. Cuando estos pilares están firmes, es posible liderar con amor y ser mejores personas para ser mejores directivos.
Liderazgo que empieza en uno mismo
La vicepresidenta de la promoción, Tatiana González, reforzó este mensaje al señalar que el liderazgo no es solo una metodología, sino algo que empieza en uno mismo y sostiene a los demás. “Después de nueve meses de trabajo, todos entendimos que el verdadero crecimiento se vive acompañado. Liderar es, en el fondo, un acto de amor por las personas y una forma de dejar huella a través de decisiones tomadas con inteligencia, valores y corazón”, aseguró.
Un grupo que sigue más allá del aula
La ceremonia cerró con la certeza de que este no es el final, sino el comienzo de algo más grande. Los participantes del PDD I 2025 se llevan amistades, conversaciones y preguntas que seguirán marcando su vida personal y profesional. Aunque hoy salen de las aulas, INALDE se queda en su manera de pensar y de decidir, con el reto de construir mejores personas, mejores empresas y mejores oportunidades para Colombia.

