Aunque pareciera que la incertidumbre y el desasosiego han tomado el control durante estos días, la realidad muestra que la creatividad empresarial colombiana no descansa y, por el contrario, directivos y empresarios proponen nuevas alternativas y caminos que servirán para minimizar el impacto generado por el COVID-19.
Las empresas nos hemos acostumbrado a medir los éxitos por unas variables llenas de racionalidad. Las hormonas que circulan por el torrente sanguíneo de las empresas se orientan a ratios financieros, variables de ventas, eficiencia interna, productividad, crecimiento entre otras.
Creo que debemos estar muy agradecidos por el mundo que nos tocó vivir. Cuando alguien se lamenta “de lo mal que están las cosas hoy en día” o añora los “mejores tiempos pasados”, me gusta preguntarle: “¿Cuándo estuvimos mejor? ¿En qué época le hubiera gustado, entonces, vivir?”.