10/10/2022

Gustavo Mas
PADE 2013

Un día que decides vivir con positividad tiene otros colores. Esos colores suelen ser más brillantes y llamativos. No es que no existan los días grises, pero hay mucho de decisión personal en la forma en que los “coloreas”. En el mismo sentido, es posible identificar personas cuyo carácter es más optimista, frente al pesimismo de otros que no consiguen encontrar la belleza de la existencia. “Razones no me faltan para estar preocupada…”sentenciaba una amiga, aunque completaba su reflexión con un “yo elijo siempre estar bien”.

Por otro lado, un amigo me comentaba “Si escucho las noticias a la mañana no salgo de mi casa a trabajar, no hay nada que ande bien en este país” y me compartía su receta de “filtrar” la realidad para no deprimirse. Pareciera ser que, con algunas elecciones y acciones, habilitaría la posibilidad de ubicarse en espacios diferentes. ¿Será realmente así?

Mirarte en el espejo

Te invito a hacer un ejercicio. Pararte frente a un espejo y observarte unos minutos. Idealmente, si fuera posible, uno que refleje la imagen de tu cuerpo entero. Tú eliges la posición y los gestos iniciales. Uno, dos minutos de observación. Desde tu cabeza a tus pies. Luego ensaya una sonrisa. ¿Algo ha cambiado? Una vez más. ¿Qué sientes? Mueve tus brazos, un poco, como llamando a alguien que conoces y que camina por la acera de enfrente, en la calle. No consigue verte. Más movimiento. ¿Qué más harías? ¿Lo llamarías por su nombre? ¿Alzamos la voz? ¡Hazlo! ¿Qué otra cosa, saltarías? ¡Salta! ¿Te ha visto? ¡Qué alegría ese encuentro inesperado! Un beso, un abrazo, este momento ha cambiado tu día… Evalúa un momento cómo te sientes, cómo está tu respiración, la temperatura de tus manos.

Es posible que se haya alterado un poco tu ritmo cardiaco. Tu cuerpo se ha cargado de energía. ¡Inclusive es posible que estés irradiando una luz! Si, las personas que portan una energía positiva irradian una luz. Al verlas podrás reconocerlas. Atraen a quienes circulan a su alrededor. Comparten su energía y ayudan a otros a generar la propia. Inicia el día con una sonrisa. Contagia y conserva la capacidad de contagiarte de otros “compañeros de ruta”.

La experiencia como condicionante

La experiencia es una herramienta muy valiosa. Si fuera una caja, sería el lugar en donde atesorar momentos vividos, buenos y malos, acciones y omisiones, junto con los más variados resultados obtenidos. Es una de las fuentes del aprendizaje. Sin embargo, a veces, ese conjunto de cosas podría acabar siendo limitante.

Más allá de quienes defienden la concepción de que “todo tiempo pasado fue mejor” traigo la propuesta de reemplazarla por “el futuro puede ser mejor”. Esa idea de posibilidad podría situarte en otra dimensión. Si además pudieras conectar con lo que deseas, con lo que necesitas o lo que ambicionas, estarías asociando la voluntad con tu capacidad de acción, habilitando un poderoso universo que te conectaría con la creación de futuros imaginados.

La importancia del humor en la vida

El gran Charles Chaplin decía “un día sin sonreír es un día perdido” ¿Cuántos días hemos perdido en nuestras vidas? El humor, como una manifestación del ánimo que se revela externamente, que se comparte, resulta ser un elemento importante para alimentar posturas positivas. Tiene el poder de relajar el ambiente de tensiones y promover transiciones en las conversaciones que podrían funcionar para nutrir el terreno de las relaciones personales. Y aquí vuelvo a la referencia de la luz, esa luz que irradian las personas bien humoradas. El buen humor es contagioso y un gran contribuyente al positivismo.

A veces deberás ponerte serio y eso estará bien. El “positivismo tóxico” hace referencia a un extremo de este rasgo el cual tiene efectos contraproducentes y podría conducirte a negar la realidad. Levanta barreras y abre distancias. Genera rechazo. Sin embargo diría que, cuando se te presente la opción de inclinar la balanza hacia el lado de la buena disposición, intenta tomar partido por lo constructivo.

Personas positivas y equipos positivos

Si nos trasladamos al ámbito de los equipos, varios estudios que analizaron la performance de grupos exitosos, llamados de “alto desempeño”, han identificado como uno de los factores clave al optimismo, asociándolo al clima, a la comunicación, a la confianza y al respeto que tienen y mantienen sus integrantes. Este factor es contribuyente al pensamiento “podremos lograrlo”, el cual actúa como un elemento potenciador de las capacidades individuales y promueve la multiplicación de las mismas en el ámbito de actuación de los equipos. La clave pasa entonces por cómo mantener el citado clima, en particular cuando los resultados no acompañan.

El rol del liderazgo tiene reservado un papel especial en la promoción del ambiente de trabajo, removiendo obstáculos y estableciendo las condiciones para que cada uno pueda dar lo mejor de sí. Administrar el ritmo de las conversaciones necesarias y los silencios prudentes. Fomentar la celebración de los éxitos y transformar los fracasos en potentes oportunidades de mejora.

Vuelve a mirarte a ti mismo. Tu “VPR”

Resultaría interesante reflexionar sobre el estado de ánimo que más te representa, en el cual te encuentras habitualmente. ¿Sueles ser más optimista o no tanto? ¿La sonrisa te acompaña con frecuencia o portas un gesto más adusto? ¿Tu corporalidad transmite movimiento y energía o más bien pasividad y estabilidad?

La búsqueda de tu punto más habitual o de balance resulta importante porque hacia dicha posición las personas suelen volver inconscientemente. Si decides adoptar otra pose en tu vida, este reconocimiento es fundamental, será el punto de partida.

Otra forma de abordar este asunto es explorar lo que llamo tu “VPR”: ¿Cómo Vives el Presente? ¿Cómo Proyectas el Futuro? ¿Cómo Recuerdas el pasado? En el devenir que plantea este análisis de ti mismo, probablemente puedas identificar tu estado de ánimo más habitual. Desde allí, podrías trabajar en el diseño de una estrategia para influenciar tu emocionalidad operando sobre los pensamientos y conversaciones que activan tu optimismo, las actividades que involucran tu cuerpo y generan ocasiones de positividad y los “gatillos” emocionales que disparan sensaciones expansivas y de alegría.

Las dos dimensiones del “Espacio MÁS”

Podríamos resumir el Ser Positivo como la actitud de aguardar siempre lo mejor, como una creencia de que las cosas pueden mejorar. Sin embargo, el convite es a acompañar esa postura con acción. La esperanza te eleva y, a su vez, el movimiento de tus acciones te empuja hacia adelante. De esta forma, el “Espacio MÁS” luce como una parcela fértil para intentar cambiar tu realidad.

Concéntrate en elegir el color anhelado. Conecta con tus deseos y tus metas. Aplica tu creatividad y presta total atención para identificar posibles intervenciones que impulsen tu movimiento. Diseña “puertas” que puedas abrir para alcanzar tus sueños. ¡Vibra y Fluye!

El Ser Positivo se muestra como una zona donde sería posible ubicarse. Una elección que combina el ánimo con la valentía y se activa por la aspiración que las personas tienen de mejorar. Es un sitio con una energía disponible, que te permitiría generar una luz propia para iluminar tu vida y la de otros. Es una elección que involucra acción, un acto que podría implicar dar y también recibir. Se presenta como una chance de cambiar el rumbo, de escribir tu historia. Elige un buen título. Diseña los capítulos. Imagina un final feliz y ve por él.