¿Quién es un directivo prudente?

Jorge Iván Gómez, profesor de INALDE Business School

Por Jorge Iván Gómez Osorio, Ph.D.

Profesor del departamento de Dirección General y director académico de INALDE.

 

La sabiduría del prudente está en discernir su camino.
Proverbios 14, 8

Cualquier cosa que haga un directivo, la realiza a través de decisiones.
Peter F. Drucker[1]

La síntesis es la esencia de la dirección.
Henry Mintzberg[2]

  1. El concepto de la prudencia directiva

A los altos directivos se les paga para tomar decisiones difíciles. Gran parte del éxito o fracaso depende del resultado de esas decisiones; es por eso que se juzga a los directivos.

Son muchas las frases que nos ayudan a comprender la naturaleza de la dirección. Elegí estas tres porque reflejan la esencia del proceso directivo y constituyen la síntesis que se proyecta en las decisiones, en el proceso de pensamiento y en la naturaleza de la tarea.

En este artículo presento la prudencia directiva como la actividad central que distingue a un directivo eficaz y justo. Por esta razón, hago un estudio sobre el concepto de la prudencia directiva y la manera como debe desarrollarse. Igualmente, expongo algunas consideraciones funcionales que buscan ayudar a mejorar la práctica de la prudencia en la actividad directiva.

Comenzaré este apartado con una pregunta simple y cuya respuesta llevará a variadas digresiones: ¿qué es la prudencia directiva? Partiré de la relación existente entre dirección y prudencia para desarrollar los argumentos de una mejor forma,

La dirección, como vimos, es una práctica. Esto quiere decir que su objeto es la acción o la praxis, que no es otra cosa que el conocimiento relacionado con el actuar. Pues bien, Aristóteles decía que el principio de la acción es la decisión.[4] Esto nos indica que la causa primera de las acciones corresponde a las decisiones, las cuales, a su vez, surgen por deseos, preferencias o finalidades de la persona. Como dice Pérez López, la acción en concreto depende de la decisión que toma la persona.[5] Por esto, toda actividad directiva nace de la decisión, que se traduce en la acción de acuerdo con unas finalidades. Por este hecho, el acto de dirigir se relaciona directamente con el acto de decidir. Por consiguiente, una teoría de la dirección, necesariamente, es una teoría de la decisión.