Enrique Bayer Tamayo
PADE 2007
Aterra un poco el mundo y su constante movimiento y evolución, aunque a veces miramos y parecemos una raza que va y viene, pues retrocedemos en muchos aspectos que no son fáciles de explicar. Casos como Chile y Perú, que son los más recientes, son fenómenos políticos, sociales y culturales que no entendemos y que sin embargo, nos hacen mella al pensar que aquí podemos hacer lo mismo, pues la experiencia ajena, como les digo a mis hijos, poco sirve.
Seguro en breve tendremos nuevo presidente en Perú, pues nuestros vecinos si saben tumbar presidentes. Chile es un caso que es preocupante, pues las reglas democráticas allí están muy arraigadas y lo que veremos, creo yo, será un estallido social que sigue dándose de manera inexplicable y el pasado nos dice que saben resolver los problemas con una dictadura. No creo que se repita pero si no vemos y conocemos la historia, poco aprendemos.
Lo mismo está pasando con la guerra en Rusia, sentimos que en este siglo de la luz y tecnología, una invasión terrestre no es la vía para apropiarse de otra nación. Así empezó la segunda guerra mundial, un país, luego otro y otro y ya conocemos lo que sucedió. Ojalá no se repita la historia. Es posible que el mundo tan globalizado nos salve, pues todos dependemos de todos y el tema de los fertilizantes y lo que su escasez podría acarrear, puede lograr que la guerra en vez de prolongarse se resuelva por los cauces diplomáticos.
Quiero referirme al fenómeno de Bogotá, nuestra gran capital, única en Colombia y gran ciudad por su tamaño en el contexto mundial. Sin norte alguno, con una administración distendida de los problemas sociales, con una inseguridad al límite, sin movilidad alguna, con una alcaldesa que se contradice tiro por lapo, hoy alaba al presidente y ayer y seguro mañana despotrica de él.
¿Dónde esta el alcalde? Esa podría ser la frase actual. Buena para hablar y pelear, pero muy mala para ejecutar. Preocupa, por ende, el aceleramiento que se está dando en la conformación de la Región Metropolitana que, como he dicho en columnas anteriores, interesa sobremanera, pero con una administración tan cambiante e incapaz, es difícil saber qué podría pasar. En todo caso, la ley es clara y puede que se siga el libreto, lo cual si puede ser interesante.
Lo más importante de dicha Ley es el tema de movilidad que esperamos afronte como el más prioritario. La autonorte y la carrera 7ª, no dan a basto ante el flujo desmesurado de vehículos. Lo que era antes una hora de trayecto, ahora son dos y hasta tres horas. Pronto tendremos una parálisis total, pues se siguen vendiendo motos y carros y nada sucede.
Tenemos buenas noticias en este frente como es la adjudicación de la concesión para la ampliación de estas vías, que deberá comenzar obras el próximo año. Y si todo sale bien, la CAR debería en breve autorizar la prolongación de la Boyacá entre la 170 y la 245. Obra que ya tiene financiación y estructuración, solo falta el permiso ambiental para comenzar su ejecución. Muchos actores estamos trabajando para dar ideas y soluciones con miras a mejorar la movilidad en estos frentes y esperamos que pronto se empiecen a ver resultados.
Requerimos empresarios con ideas haciendo propuestas para crear y proponer la operación de la línea férrea entre Bogotá y Zipaquirá, lo mismo los helicópteros taxis, mono rieles, trenes elevados o autopistas elevadas, que se hagan en tiempos del primer mundo y no en 6 años como proyectan la ampliación de la autopista, algo insólito con tanta tecnología hoy en el mundo para construir carreteras. Si no nos apoderamos de las ideas y de las propuestas a los organismos del estado, seguiremos caminando a paso de tortuga mientras el resto del mundo cabalga sobre la tecnología a pasos vertiginosos.
Ojala estemos a la altura de las circunstancias.
¿Qué característica les gustaría trabajar este año?