Claudia Varela
PADE 2010
INALDE Business School
¿Ser bonita, divorciada o colombiana puede ser motivo de discriminación laboral? O, ¿rechazar un trago en reuniones de trabajo puede llevar al bullying?
Quizá, en silencio y con un largo suspiro, muchas mujeres tendrán la respuesta obvia a una realidad que se da en distintos ámbitos, tanto el personal como el laboral y, también, desde tempranas edades, en el colegio, las fiestas y los encuentros sociales con amigos.
Y, si vamos a otras variables, cuántas personas realmente diferentes a ti trabajan contigo. ¿Cuándo contrataste por última vez a alguien de más de 48 años? ¿Entiendes que es un sesgo cognitivo y su importancia en un liderazgo influyente?
Con frecuencia, el mundo empresarial les apuesta a exigentes ideas de perfección, que se expresan en forma de cifras, estadísticas y perfiles. Pero, en realidad, lo valioso está en apreciar los corazones reales, las personas genuinas que nos permiten crecer en autoconocimiento e interacciones positivas con los demás. Solo “somos” si existe conexión con el otro en términos de miedos, alegrías y metas. La confianza es clave para hacer equipos y lograr el anhelado éxito.
Enfocarse en el individuo y no en el negocio, exclusivamente, revela que el profesional “diferente” debe sortear varios obstáculos para progresar en medio de una burbuja corporativa que muestra a todos los trabajadores de una manera similar.
Diálogo y consenso
¿Y cómo podemos prolongar este enfoque cuando la diversidad se impone como la impronta propia de cada individuo? Hoy es imposible negar su importancia en el mundo. La gente quiere ser lo que es. Los adultos y jóvenes de la generación millenial y centennial, se caracterizan por su posición abierta a la diversidad; están comprometidos con una vida sin prejuicios y son fieles a sus convicciones. Además, las redes e internet han contribuido a romper con paradigmas tradicionales y a destacar muchas opiniones y acciones que antes eran impensables para muchos.
Lo cierto es que a lo largo de la vida y de diversas formas, juzgamos a otros de manera injusta. Tomar consciencia al respecto, supone entender que la discriminación no solo la viven las mujeres por su género, sino también por atributos como la edad, la clase social, la raza, la preferencia sexual, la discapacidades físicas o mentales, la posición política y hasta la religiosa.
Este darse cuenta podría resumirse en una manera de actuar y en una frase: “navegar la diferencia”. Y es que tendemos a conectarnos con personas que piensan como nosotros y, por ende, a alejarnos de la oportunidad de involucrarnos con quienes, argumentativamente, piensan distinto. Estar en desacuerdo no está mal, siempre y cuando se abra la puerta al diálogo. Los problemas surgen cuando no encontramos espacios para buscar consensos.
Por eso creo firmemente en la necesidad de generar conciencia sobre la desigualdad y desarrollar la inteligencia necesaria para navegar en una sociedad que se reconoce cada día más diversa.
Les quiero presentar mi libro DIVERSiq, la inteligencia para navegar la diversidad. A través de un background de conceptos, atajos cognitivos, descripción de minorías y un recorrido por las diferentes formas que rigen nuestros pensamientos y comportamientos, llegaremos a la propuesta de modelos de liderazgo, políticas y formas de medir la posición tuya y de tu organización sobre la diversidad, la inclusión y la discriminación.
Este es un trabajo de dos años que recopila mi experiencia de más de quince años como líder en diferentes países y negocios. No es un libro feminista. Es un libro que te invita a reflexionar para inyectar un poco más de equidad a la sociedad. Léelo, reflexionemos juntos sobre estos puntos de encuentro que tanto necesita la sociedad.
Quiero transmitir mi pasión por el comportamiento humano y por la gestión individual para generar cambios. Conéctate conmigo y naveguemos DiversIQ.
Las opiniones expresadas en este artículo son las del autor y no reflejan necesariamente las de INALDE Business School y la Revista INALDE.