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¿Cómo sacarles provecho a nuestras dudas?

Revista INALDE DigitalBlog Alumni
04/04/2022
Gloria Andrea Cortés
Executive MBA 2017
“He aprendido que el dominio de la duda es la clave del éxito"
Will Smith

Para los que no saben, el “síndrome del impostor” es un trastorno psicológico que se manifiesta como: "la sensación crónica de que no se merece lo que se tiene". Por ejemplo: el cargo que se desempeña, los logros académicos o profesionales, o los reconocimientos por una labor. Quienes lo padecen piensan que en cualquier momento las otras personas van a descubrir que son un fraude y que los logros que se tienen son inmerecidos.

Aunque este es un síndrome que lo pueden sufrir todo tipo de personas por igual, varios estudios han demostrado que se presenta de manera más frecuente en las mujeres o las minorías, lo que impide que en algunas ocasiones las personas compartan sus ideas o apliquen a becas y empleos donde se destacarían. Si bien todo lo que se dice del "síndrome del impostor" tiene una connotación negativa, hace poco descubrí la historia de Halla Tómasdóttir que, aunque padecía de dicho síndrome, logró transformarlo en algo positivo que le permitió convertir sus miedos en una fuente de energía que la animó a ir más allá, al punto de postularse para ser presidenta de Islandia en 2016.

Si bien Halla contaba con una basta trayectoria empresarial en el sector privado, no tenía los mismos recursos financieros y mediáticos de sus contendores, esto la llevó a plantear una campaña con un tono y un alcance diferente. En lugar de enfocarse en atacar a sus contrincantes, algo que es habitual en política, Halla utilizó un tono impregnado de positivismo, utilizó Facebook Live para responder directamente todos los mensajes y preguntas de sus futuros votantes, por medio de Snapchat logró transmitir su mensaje a un público que habitualmente no se interesa por la política y mucho menos por las elecciones.

Su estrategia le trajo tanto éxito que al final de la jornada de votación sorprendió a toda Islandia obteniendo el segundo lugar en la contienda, con más de la cuarta parte del total de votos. Esto, le enseñó a su país que había una forma diferente de hacer política, sin las maquinarias usuales, acercándose a las personas y siendo muy creativa con los recursos que tenía disponibles.

Así que, y tomando como referencia el libro "Piénsalo otra vez" de Adam Grant, hoy les comparto tres cosas que podemos aprovechar de cuando tengamos “dudas” de nosotros mismos:

  1. Las dudas pueden aportarnos motivación para trabajar más. "Cuando nos sentimos como impostores, creemos que tenemos algo que demostrar", eso nos hará menos complacientes y exigirnos al máximo.
  2. Motivarnos para trabajar mejor. Ver las cosas como un principiante, preguntarnos muchas cosas que otros darían por sentado y tener la apertura para aprender de los otros, pueden hacer la diferencia y destacarnos.
  3. Mejorar la capacidad de aprendizaje. Para aprender requerimos de humildad, es una invitación a bajarnos de nuestro pedestal y reconocer que aún tenemos muchas cosas por aprender.

Todo esto me permitió ver que dudar es un tema de perspectiva. Es por eso que esta semana quiero invitarlos a pensar que cuando tengamos dudas de nosotros mismos, en vez de paralizarnos, darnos por vencidos y no seguir intentándolo, invitemos a que esa sensación nos motive a ser recursivos, a trabajar con los demás y a estar siempre abiertos a la idea de que hay nuevas y mejores formas de hacer las cosas, démonos la oportunidad de ver las dudas como un impulso para lograr lo que soñamos.

¡Feliz semana de sacarle ventaja a nuestras desventajas!