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“Amar es una decisión”, afirmó German Serrano Duarte durante la sesión de familia de Alumni INALDE

General
24/10/2019

La aventura del matrimonio tiene innumerables desafíos que se deben enfrentar y disfrutar con alegría. A veces las cosas no salen como las planeamos y ese es el momento indicado para que la pareja replantee sus proyectos y le dé prioridad a los nuevos retos que enriquecerán su relación.

Este fue el tema central de la sesión de familia “Desafíos de la vida familiar: el matrimonio y el tiempo”, evento de Alumni INALDE, liderado por el profesor German Serrano Duarte, en el que se discutió el caso “Francisco y Antonia”, el cual retrata la experiencia de una pareja que debe enfrentar una difícil enfermedad y replantear algunos aspectos de su cotidianidad y proyectos familiares para cumplir con los cuidados y exigencias que una situación como esta requiere.

Durante la primera parte de la sesión, los egresados y sus parejas plantearon los diferentes caminos que Antonia y Francisco (protagonistas del caso) podrían tomar para hacer su enfermedad más llevadera y cumplir con los sueños que se habían propuesto al inicio de la relación. Resaltaron la comunicación y adaptación como uno de los elementos clave para afrontar los nuevos retos.

German Serrano abordó la segunda parte de la sesión a partir de las etapas del matrimonio y propuso algunas recomendaciones para vivir una relación de pareja más armónica y feliz.

 

Etapa I - adaptación

Es la etapa inicial, el momento ideal para hacer acuerdos y negociaciones, pues se establecen las bases y fundamentos de la relación. Requiere mucha paciencia, confianza, comprensión y apoyo mutuo. La comunicación es clave.

 

Etapa II – crece la familia y se independizan los hijos

En esta etapa hay mayor conocimiento y madurez. Se desarrollan los proyectos y la vida profesional de la pareja. Sin embargo, es muy importante cultivar la relación, compartir hobbies, defender los espacios de pareja y no dejarse caer en la rutina.

 

Etapa III - estabilización y nido vacío

Se da entre los 20 y 35 años de unión, es el momento en que la pareja se queda sola (sin hijos) y es la oportunidad perfecta para reafirmar la creatividad y encontrar nuevos desafíos matrimoniales. Se recogen los frutos de lo que se sembró en la vida, he ahí la importancia de construir una buena relación desde la etapa I. Se necesita mucho apoyo y cariño mutuo, pues deberán enfrentar la vejez, soledad y muerte, por lo que es importante prepararse física y mentalmente para afrontarlo.