“Los empresarios deben tener mayor sensibilidad sobre aspectos menos técnicos, ingenieriles y matemáticos. Deben leer menos management y más novelas e ir a museos y admirar el arte, para tener una sensibilidad sobre los procesos”.
Alejandro Moreno Salamanca
Director General de INALDE
Diego Ferreira, Executive MBA 2003, es un abogado tan entusiasta del arte como de las causas sociales. Gracias a su paso por INALDE Business School, su fuerte vocación por lo social se disparó a tal punto que su proyecto de Nuevas Aventuras Empresariales - NAVES fue una casa de subastas y, aunque esta no se ha materializado formalmente, ha servido como base para dirigir diez subastas desde 2001. “Tan sólo este año he organizado dos subastas benéficas, en las que se lograron ventas por más de 320 millones, con cerca de 200 millones para el beneficio de niños y jóvenes en condiciones de vulnerabilidad”.
Su pasión por el arte se gestó hace más de tres décadas cuando su hermano mayor lo invitó a una galería de arte. Allí quedó perdidamente enamorado de una de las obras del pintor y dibujante colombiano Luis Caballero. Por supuesto la compró y la conserva como una reliquia, porque a partir de esa experiencia las visitas a ciertas galerías para conocer artistas, apreciar colecciones y adquirir piezas artísticas, fueron cada vez más frecuentes para Diego, convirtiendo el arte en su válvula de escape de la rutina del día a día, fomentando su creatividad y aportándole una perspectiva diferente de la realidad.
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Además, Diego está convencido de que el arte es clave para generar una transformación en la sociedad. “Basta ver lo sucedido durante la pandemia mientras estuvimos en cuarentena estricta. Las redes sociales se llenaron de manifestaciones musicales, teatrales, incluso de cuadros, todavía se leen libros virtualmente y hay proyectos para revivir radionovelas”- Seguramente esto fue un alivio psicológico para muchas personas como Diego, curiosamente para él, fue una forma de hallar libertad mental dentro del encierro físico.
Un management más sensible
Si analizamos un director de orquesta encontramos que su actividad es equiparable al gerente de una empresa y que su orquesta es el equipo de personas que conforman la organización. La labor de este director es liderar a un grupo de personas para que cada una de ellas, con su respectivo instrumento musical, esté totalmente sincronizada para desarrollar un producto de calidad que será entregado a un público usualmente muy calificado y exigente.
Así es como la dirección de orquesta, tal como dirigir una empresa, desarrolla habilidades para gestionar el talento humano y la logística para que el sistema funcione correctamente con la sensibilidad que tanto hemos mencionado. "Creo que el mundo empresarial tiene aportes importantes para el sector artístico y viceversa, porque tienen visiones diferentes, con casos de éxito notorios en cada uno de ellos y pueden llegar a equiparse como organización".
Además, el arte permite ampliar esa visión o espectro del rol que tienen las empresas y los directivos en la sociedad. “No nos podemos conformar con dirigir una organización que genera empleo, paga impuestos y produce utilidades”, para Diego es importante perseguir causas que beneficien a los demás y estén encaminadas a fortalecer el lado más frágil, humano y que despierte sensaciones y emociones.
Como dijo Alejandro Moreno Salamanca, director general de INALDE Business School, si nos quedamos en conocimientos técnicos, financieros y comerciales, nos faltará algo muy importante: sensibilidad. Esta sutil pero poderosa cualidad puede hacer la diferencia entre ser solamente seres vivos y ser seres humanos que movilizan de manera positiva su entorno y permite liderar no solo con conocimiento técnico, sino con estrategias que orientarán tanto el rumbo de la organización como el de los colaboradores.