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¿Talento o esfuerzo?

Gestión del talento
21/07/2021

Por Ciro Gómez Ardila, Profesor Departamento de Dirección de Finanzas y Control


¿Quién quiere ganarse la medalla al esfuerzo?

De niños aprendimos que esta es una especie de premio de consolación para quien no hay una medalla real que darle. Era hasta un motivo de burla.

En Cataluña tuve la oportunidad de ver cómo se manejaba el fútbol infantil. El entrenador del colegio de mis hijos, en realidad, se ganaba la vida buscando jugadores prometedores para el Barcelona y el Espanyol. Los equipos que entrenaba jugaban en una liga infantil oficial y los partidos eran tomados muy en serio. Mi sorpresa fue ver que el entrenador privilegiaba la asistencia a los entrenamientos sobre la habilidad del jugador. Quienes asistían cumplida y entusiastamente eran luego los elegidos para jugar los partidos oficiales sin importar que en la banca hubiera mejores jugadores, aquellos que quizá podrían definir el partido. No acababa de entender bien por qué obraba así pues mi experiencia me indicaba que los que debían jugar eran sencillamente los mejores. Era lo que había visto toda mi vida y, por tanto, lo que había aceptado como acertado.

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El contraste, mi regreso a Colombia me hizo entender mejor lo que pasaba. Aquí las cosas se hacían de la otra forma. No importaba quiénes iban a entrenar, ni su entusiasmo, ni su esfuerzo; lo que importaba era quién jugaba bien y quién no tanto. A la hora del partido contra otro colegio, siempre se escogía a los mejores jugadores, a los que podían meter goles o evitarlos; que hubieran ido o no a los entrenamientos no tenía ninguna importancia. Cuando pregunté por qué lo hacían así, me miraron de la manera como a quien pregunta tonterías que ni siquiera merecen respuesta.

Quizá sea una conclusión exagerada, pero pensé ¿será que eso explica la diferencia entre nuestros clubes de fútbol y los de allá? Y es que privilegiamos el talento por sobre el esfuerzo. En un primer momento parece lógico, pero ¿lo será? La doctora en psicología Angela Duckworth ha estudiado el tema en profundidad. Su charla en TED[1] con casi 24 millones de reproducciones es un imperdible.

Pues bien, en su libro “Grit, el poder de la pasión y la perseverancia” explica que es frecuente creer que el ‘talento’ lleva al ‘logro’, cuando en realidad el ‘talento’ hay que multiplicarlo por el ‘esfuerzo’ para lograr ‘habilidad’, y que es la ‘habilidad’ multiplicada por el ‘esfuerzo’ lo que lleva al ‘logro’. El esfuerzo aparece dos veces, y las dos multiplicando. ¿Qué quiere decir esto? Que hace falta algo de talento, pero que sin esfuerzo no se logra nada (o muy poco). En cambio, el esfuerzo puede convertir un talento menor en logros excepcionales. De hecho, la misma definición de talento está en función del esfuerzo: “talento es la rapidez con la que tus habilidades mejoran cuando te esfuerzas en ello”. (Cap. 3).

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Así, el factor definitivo que realmente hace la diferencia es el esfuerzo sostenido. Por eso hay que preferir al jugador que acude a los entrenamientos, así juegue menos bien, por sobre el que no asiste o no se esfuerza tanto. Y por eso muchos de nuestros colegios por medio del deporte nos enseñan exactamente lo contrario de lo que debiéramos aprender, y nosotros luego lo replicamos en nuestras empresas para detrimento del país.

Vea usted todo el tiempo que me tomó entender que la medalla al esfuerzo debería ser la más valorada porque es la que mejor predice el éxito.

[1] https://www.ted.com/talks/angela_lee_duckworth_grit_the_power_of_passion_and_perseverance