Gustavo Mas
PADE 2013
Los logros que alcanzamos suelen ser hitos destacados en nuestras vidas. Como tales, ocupan un lugar especial en la propia historia. Al mismo tiempo, encontrar la motivación para seguir adelante cada día es un desafío. Descubrir las fuentes de energía que te permitan mantenerte en activo no es sencillo, pues existen un conjunto de actividades y eventos que absorben el dinamismo que ellas nos otorgan.
Es habitual escuchar que se aprende más de los fracasos que de los éxitos y, tal vez, sea cierto. Sin embargo, hoy quiero dedicarle esta reflexión a elaborar sobre los triunfos, sus implicaciones y sus efectos. Reconocerte exitoso, en el sentido de haber alcanzado lo que te has propuesto, fortalece el espíritu y habilita una emocionalidad positiva, expansiva.
Aunque llegar al objetivo dure apenas un instante y al momento siguiente te veas observándolo hacia atrás, saberte capaz refuerza tu confianza y aparta los miedos. Ese ánimo para emprender, a pesar de los obstáculos, es de los más valiosos aprendizajes. Te invito a este viaje para descubrir el poder que encierra tu ser.
1, 2, 3
El éxito no es la verdad, escribí hace algunos años atrás, pero se siente muy bien. En el deporte, se afirma el concepto de que lo importante es competir, sin embargo, ganar es hermoso. Pese a que es cierto que colecciones de innumerables fracasos y reveses pueblan la galería de nuestro devenir, todos tenemos historias de consagración personal y profesional que atesoramos. Te invito a tomar una hoja de papel y dibujar los escalones de un podio. A seguir, identifica tus logros más preciados.
Asígnales un orden, más arriba el que más valoras. Detente un instante y observa la figura. Lleva tus manos a la cabeza. ¿Qué pensamientos fluyen en ese trance? Regístralos. Respira un instante. Ahora lleva tus manos a tu corazón. ¿Qué emociones afloran y te invaden? Identifícalas y toma nota. Finalmente, abrázate a ti mismo, con tus propios brazos. ¿Ese tacto sobre tu cuerpo, ¿Qué cosas rememora? ¿Qué es lo que emerge de la materialidad de tu cuerpo? A través de este ejercicio podría ser que logres transportarte en tiempo y espacio para ubicarte, imaginariamente, en esas ocasiones memorables de las victorias que iluminan tu vida.
Sentirte capaz es mucho. Capacidad en sentido amplio. Haber sabido cómo hacerlo es lo que podría aparecer primero. Pero haber querido hacerlo, seguramente fue muy importante como también haber podido hacerlo, en el sentido de haber tenido las condiciones para lograrlo. Alinear estos “tres patitos” del saber, querer y poder es clave. Si falta uno, complica cualquier desplazamiento. Todos juntos y a la vez es lo requerido y si bien no resulta sencillo, es una combinación infalible. Cuando consigues que tu eje se ubique en esta posición, estás en condiciones de ejecutar una obra maestra.
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