Gustavo Mas
PADE de INALDE
Nuestras vidas están rodeadas por cosas materiales que usamos y que hacen parte del devenir cotidiano. Todas tienen nombre. Muchas de ellas tienen marca. Te propongo un ejercicio. Levanta la mirada donde sea que te encuentres. Gira la cabeza a un lado y al otro. Mira a tu alrededor. Detente unos instantes y presta atención a todas las marcas que te rodean, sus logos, sus colores, sus diseños.
Los signos distintivos que identifican algunas de esas cosas que observas, se diferencian de otros productos de la competencia, refuerzan sus atributos o simplemente los hacen más visibles en el conjunto. Las marcas más conocidas, han pasado por un ciclo desde su creación hasta el momento actual, que seguramente ha implicado mucho trabajo e inversión. Están registradas y protegidas. Es ese trabajo y dispendio de recursos que permite a las marcas más consolidadas, alcanzar un determinado posicionamiento en el mercado y aspirar, inclusive, a un diferencial de precio.
La propuesta de las líneas que siguen es abordar el tema de la marca personal, explorar analogías y diferencias con el concepto general y proponer un esquema de desarrollo que habilite acciones para su construcción, comunicación y eventual transformación, con el objetivo de capitalizar los beneficios de tener una identidad que te distinga positivamente en tus ambientes de actuación.
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