“Estábamos sentados con Sebastián, líder de I+D de la empresa y ahora gerente, y llegó un señor con un niño de 9 años, más o menos, a comprar un repuesto para el airbag de su motocicleta…
- El niño preguntó en la recepción: “¿Quiénes son los del airbag?”
Alguien nos señaló y el niño llegó a donde estábamos Sebastián y yo…
- Y el niño exclamó: “¡Gracias por salvarle la vida a mi papá!”.
Lo grandioso de esta historia es que justo en ese momento me di cuenta de que no solo estábamos dirigiendo una empresa sino construyendo sociedad y salvando vidas”, afirma Germán Acevedo, PDD 2009 de INALDE Business School.
Esta es la historia de Germán Acevedo, marino de profesión de la Armada Nacional de Colombia, apasionado por la innovación y la navegación en vela y convencido de que tiene que vivir al menos 150 años más para cumplir todos sus sueños, proyectos y propósito de vida: vivir la vida en sí misma.
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El trabajo es para ganarse la vida y no para perderla
“Cuando empecé el PDD de INALDE en 2005, un momento de transición para Colombia, comencé a leer acerca de San Josemaría Escrivá de Balaguer y pensé: ‘Vamos a hacerle inteligencia a este hombre’”.
“Me quedó gustando el concepto del trabajo que él plantea: la obra y cómo santificarse a través de ella. Entonces, comencé a reflexionar acerca de mi idea como emprendedor y decidí dejar de hablar de prendas con airbags y empezar a contar la historia de la seguridad vial laboral para motociclistas.
En ese momento aparece la filosofía de Airobag: “El trabajo es para ganarse la vida y no para perderla”.
Según el Registro Único Nacional de Tránsito – Runt, en 2020 se registraron casi 10 millones de motos en Colombia, y según Germán el 40% de estas motos se usan como herramienta de trabajo; además, la primera causa de muerte en el trabajo, en Colombia, es por accidente en moto; la primera causa de ausentismo laboral es por accidente en moto; la primera causa de muerte violenta de jóvenes es por accidente en moto.
“Estas cifras quieren decir, que estamos ante un gran problema social en este aspecto”, reafirma Germán. Y a partir de estos estudios que arrojan cifras contundentes, Germán comienza una travesía por el mundo de las motos y el airbag para motociclistas.
De menos muertes en combate a menos muertes en la vía
“Cuando estaba como director de investigación y desarrollo de la Armada Nacional de Colombia y empezamos a tomar la zona del Caguán, mi misión era disminuir las muertes en combate.
Fui con el equipo a revisar cómo enfrentábamos estructuralmente el problema de la muerte de nuestros combatientes, y cuando pedí el levantamiento de cadáveres del área de operación, la persona encargada de esos datos en el Ministerio de Defensa no me envió específicamente lo que le estaba solicitando, sino que me compartió todas las cifras del MinDefensa. Empecé a hojear y solo leía ‘muerte en moto’ una cantidad impresionante de veces.
Cuando retomamos la zona del Caguán, el 75% de las muertes archivadas en el Ministerio de Defensa eran en moto. Hoy en día, el 96% de las muertes son por fuera de combate y la moto sigue siendo la primera causa de muerte de soldados y policías en Colombia.
En su momento puse el grito en el cielo y un almirante colocó la mano en mi hombro y dijo: “Capitán, deje de pensar ‘bobadas’ y dedíquese a la guerra”. En ese momento comencé mi travesía por el mundo de las motocicletas.
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Luego de investigaciones y horas de trabajo concluí que la moto es un vehículo que no sólo transporta personas, también es un motor de acceso laboral que da una gran cantidad de oportunidades.
Por poner un ejemplo, Postobón tiene 2.800 vendedores de trade marketing visitando tiendas y cada uno atiende un promedio de 100 tiendas diarias. Ahora, resulta que este vendedor que va a la tienda de ‘don José’ tuvo un accidente leve de moto con una incapacidad de 10 días, lo cual representa dejar de visitar 1.000 tiendas, entonces ¿cuántas ventas perdió Postobón?
Por esta y otras razones hay que entender que la seguridad vial aplica en todo el contexto socioeconómico, de productividad y competitividad. Entonces, nuestra oferta de valor es sencilla. Bajamos un 90% los índices de mortalidad y mejoramos la productividad por encima de un 35%”, afirma Germán.
Hoy por hoy este es un fenómeno de orden global y en cifras se tiene un estimado de 60 millones de motos en Latinoamérica, región donde los accidentes de tránsito causan aproximadamente 100 mil muertes anuales.
Experiencias de vida: un símil entre la pasión y la innovación
“A mi familia y a la Armada Nacional de Colombia les debo lo que soy hoy. Fue esa formación en la marina la que me enseñó a tomar decisiones en alta incertidumbre; me enseñó a buscar diferentes fuentes de información, por ejemplo, en el submarino, donde no teníamos satélite ni nada por el estilo, solo podíamos extraer información de los sonidos.
A mis 27 años, por primera vez, di la vuelta al mundo navegando en vela y conocer tantos países me permitió tener un panorama global. Sin embargo, los valores de mi familia siempre estuvieron presentes en mi formación y es lo que me ha permitido construir una estructura de vida empresarial pero también social”, destaca Germán.
“Para mí las pasiones y los hobbies son motores de vida. La vela, por ejemplo, es viajar a las raíces ancestrales de esos primeros emprendedores que estaban dispuestos a descubrir más tierras, porque antes de las revoluciones industriales, la generación de riqueza estaba basada en obtener tierras.
Cuando uno navega vela hay que tomar decisiones en alta incertidumbre, ajustando el rumbo constantemente y cuando nos adentramos en el mundo de la innovación, vemos que el mercado es como el mar: cambiante. A veces está calmado y otras veces hay tormenta. Y en el momento que uno menos piensa aparece un ventarrón que lo lleva justo para el otro lado o lo ayuda a avanzar.
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Nosotros los marinos sabemos que no podemos controlar el mar, pero sí nuestra embarcación. Entonces, si trasladamos esta reflexión a la empresa, considero que los empresarios no podemos controlar el mercado, pero sí a nuestra empresa, que representa nuestro barco. Lo entrenamos, le hacemos mantenimiento y lo mantenemos a flote para enfrentar el mar bravo o el calmado e innovar es la forma en que nos adaptamos a esos cambios drásticos.
Esto es la innovación, es anticiparse a los mercados. En ese sentido, comencé a cambiar el tema de la accidentalidad para ayudar a la empresa a generar un futuro seguro para sus colaboradores motorizados.
Y la invitación es que más empresarios nos acompañen en el mundo náutico para gerenciar de manera más fresca, con experiencias nuevas que nos ayuden a tomar decisiones diferentes”, resalta Germán.
La dirección y la empresa como propósito
“Mi experiencia en INALDE fue muy positiva. Me identifiqué con la metodología del caso y hoy, después de más de 15 años, cuando necesito tomar decisiones directivas pido consejo a mis compañeros del PDD.
Además, para mí el tema de los valores es muy importante y en INALDE lo reafirmé, toda mi vida he tenido la tranquilidad de ser íntegro, sin importar si muchas veces uno se quiebra. Mi experiencia va más allá de un aprendizaje empresarial, yo encontré un mundo lleno de valores y un ecosistema propicio para mis proyectos y hoy me siento muy pro INALDE.
En definitiva, el conocimiento sin unas bases éticas y sin valores pueden ser mal interpretados: si no hay sustento de valores no hay sociedad y como empresarios debemos representar esos valores para que las sociedades puedan crecer.
En mi empresa estamos alineados, tanto la persona que confecciona como el mensajero tienen claro que la empresa se dedica a salvar vidas. Esa es nuestra misión a través del airbag.
Sin embargo, seguimos patentando más productos para atender las necesidades más específicas de nuestros clientes. Y el reto que nos mueve día a día, aunque es utópico, es bajar los índices de accidentalidad en moto a cero.
Además, buscamos en la ciencia soluciones para generar más conocimiento e innovación, en donde de cierta manera se premia el error, pero se castiga la falta de acción. Todo esto reafirma mi propósito en la vida y en la empresa”.
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“Cuando el niño que llegó con su papá motociclista a la tienda donde estábamos con Sebastián, líder de I+D y nos agradeció por salvarle la vida a su papá, supe que debía dejar de ver motos en las calles a ver seres humanos que se transportan en ellas, seres humanos que trabajan día a día por sus familias.
Cuando entregamos un valor a la sociedad y este valor es desarrollar empresa de manera sostenible y humana, se siente el deber hecho.
En síntesis, hoy debemos traer al mundo empresarial un escenario de productividad y competitividad, pero también de responsabilidad social, sin dejar de lado los valores humanistas y el propósito de vida, pero, sobre todo, la pasión con la que trabajamos día a día por nuestras familias, equipos de trabajo, motociclistas en las vías, combatientes y compañeros de navegación en vela por el mundo, concluye Germán Acevedo.
