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Matar al mensajero Gates

General
04/10/2021
Matar al mensajero Gates

Se encuentra uno en estos días algunas cosas sorprendentes. Por ejemplo, Bill Gates es acusado por algunos de la pandemia y se le atribuye la hazaña de querer vacunarnos a todos para ganar más dinero (sin olvidar a los que hasta creen que con la vacuna nos inyectará un “chip” para controlarnos). Todo esto como si no tuviera ya suficiente dinero, como si no estuviera regalando mucho y como si tuviera el poder para hacer todo eso.

Quizá todo esto se deba a su conferencia en TED sobre como un virus respiratorio podía causar una pandemia de costosas consecuencias en vidas y recursos. Sorprende claro, que solo unos pocos años después se haya cumplido su advertencia. Es tan llamativo que parecería más lógico pensar que más que advertir lo que hizo fue provocar todo esto.

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Pero quienes han estado en uno de mis casos sobre el desarrollo de vacunas, recordarán que ya en 1957 se discutía si la pandemia de 1918 se iba a repetir en esa época. Por cierto, en estos días me enteré de que esa gripa, la del 57, que no fue ni de lejos tan grave, sí hizo que, entre otras cosas, se aplazaran varios partidos de la Liga española de fútbol.

En un video de 1998 de Discovery Health, producido y dirigido por Robert Kenner sobre la gripa de 1918, hacia el final, una científica advierte, ante el olvido general de lo sucedido: “¿Por qué? ¿Por qué esa parte no está en nuestra memoria o en nuestra historia? Creo que probablemente sea porque fue tan terrible mientras sucedió, tan aterradora, que la gente simplemente la borró de su memoria. Pero si persistiese sería como una clase de consciencia: si ya pasó una vez, ¿por qué no decir que va a pasar nuevamente? Cuanto más sabemos acerca del virus de la gripe más real se hace el temor”.

Es decir, no es que Bill Gates haya sido un gran profeta que vio algo que nadie más había visto. No. Quienes están relativamente cerca de esta situación sabían que el riesgo era alto y real. De hecho, ya lo habíamos vivido todos nosotros con la gripa H5N1, aviar, de la que comenzamos a saber en 1997, pero siguió apareciendo; la gripa H1N1, porcina, de 2009 que “cerró” a México, y por no decir el ébola de 2014. Solo que, en esos casos, afortunadamente, no se convirtió en pandemia, y hasta llegamos a creer que siempre se controlaría igual.

La gracia de Bill Gates fue entenderlo, asumirlo como posible, calcular el daño y usar su prestigio y poder de comunicación para advertirlo.

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¿Cómo no sorprenderse ante alguien capaz de hacer algo así? Pues bien, en una entrevista reciente para el canal de YouTube Veritasium le preguntan sobre esta advertencia desoída y, les soy franco, yo pensé que su respuesta sería algo como “es lamentable que no me hayan escuchado”; creo que es lo que casi todos diríamos y sentiríamos. Si nos paramos y advertimos un peligro, nos ignoran y luego ese peligro se hace real, ¿cómo no sacar pecho?, ¿cómo no sentirse orgulloso de ese logro?, ¿cómo no decir, “se los advertí”?

Para mi sorpresa, y ese es el motivo de este escrito, Bill Gates contesta que le preocupa no haber sabido trasmitir bien el mensaje, haber fallado: “Al recordar este momento pienso si podría haber

sido más persuasivo”. ¡Qué forma de pensar! ¡Qué buena enseñanza! En lugar de poner la culpa fuera de él, la interioriza y seguro piensa: “Tengo que hacerlo mejor la próxima vez”.

Cómo serían de diferentes nuestros resultados si pensáramos así.